Hofgut Serrig - 1. Rundbrief von Kenia Herrera Vilar
Deutschland
Kenia Herrera Vilar
30.06.2025
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Soy Kenia Herrera Villar,voluntaria Boliviana ,en este pequeño informe quiero compartirles como ha sido el inicio de este nuevo y hermoso camino de mi vida ,que ha sido una mezcla de nervios emociones y muchos aprendizajes. Asique ue empecemos!!

El día del viaje y mi llegada

Aún no caigo en la realidad,que he llegado a Alemania ,como 18 años estar al otro lado del mundo,lejos de casa pero con em corazón lleno de ilusión.

El viaje fue largo 15 horas en avión,donde pierdes la noción del tiempo.Bueno continuemos mi primera parada fue Madrid y de allí tome otro vuelo hacia Frankfurt.

¿Que sentí al aterrizar en Frankfurt? No lo se fue un sentimiento indescriptible,todo es nuevo el transporte ,las personas ,la cultura, el idioma,pero dentro de mi había muchas hagas de aprender y vivir cada instante de esta increíble misión.

Para mi sorpresa al llegar fui recibida por el grupo de Voluntarias que ya estaban en Alemania desde febrero:Tania,Carla,Vanesa,Helen junto con el sacerdote Konrad ,fue muy agradable verlos.

Bueno ahora tocaba continuar el viaje en auto hasta Kobern-Gondorf,allí comí un delicioso pique macho preparado por las chicas,luego continuamos viaje en tren hacia Trier ,en el trayecto del viaje las chicas (voluntarias ) me compartieron sus primeras aventuras y experiencias: Clases de alemán,ilusiones y aprendizajes

Mis primeros días en Konz fue muy rapido

Al llegar a Trier fue recibido por mi familia acogida a la familia Knobloch ,una familia de 4 miembros la señora Dagmar y el Señor Franz-Josef , Merle y Lena .

Lo especial de mi caso es que no tuvé una familia temporal así como otros voluntarios que llegaron en febrero ellos pasaron un mes en una familia de acogida mientras se adaptaban,yo llegué directamente con mi familia que me acompañaría todo el año eso hizo que para mí todo fuera muy rápido,en esos dias tambien conocí a mi Coach Anitha eh hicimos la documentación correspondiente a llegar a Alemania típicos de Alemania para rodó se hace documentos esos días fueron muy rápido.Ya tenía que integrarme al ritmo de los demás no tuve ese tiempo de adaptación como los demás y eso hizo que todo me pareciera un torbellino: emociones,responsabilidades personas nuevas y decisiones rápidas.

El clima en ese momento todavía era muy frío aunque estaba empezando a mejorar,con la comida no hubo problema pero si con el agua con gas es algo muy común en Alemania,a lo cual no me acostumbraba,pero lo bueno es que se podía tomar agua del grifo no tuve problemas para dormir ni me sentía con tanto sueño como esperaba.

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Mi hermana y madre de acogida

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Ensamble Moxos en Treveris

Encuentro Multicultural y despedida con fé

Después de conocer mi familia de acogida y a mi Coach, tuve la oportunidad de asistir dos días a las clases de idioma intensivo fue algo muy breve porque ya estában por terminar las clases de Alemania intensivo como los demas voluntatios habian llegado en febrero y yo en marzo.Todo iba pasando tan rápido, llegó el gran día tuvimos un almuerzo organizado por SoFÍA nuestra organización de acogida aquí en Alemania,fue allí donde conocí a Victoria (Vicky), nuestra encargada,ella una persona excelente,amable y muy comprometida con todos nosotros, al igual que Judith que también nos ha acompañado en este proceso.

Fue allí donde puede interactuar mejor con otros voluntarios de Ruanda, Pakistán,Rumanía y Jordania fue un momento muy enriquecedor conversamos reímos y como buenos bolivianos no podía faltar enseñar nuestro bailes y músicas tradicionales.

Llegó el día de nuestro último encuentro grupal por un tiempo,este día tuvimos algo muy especial que fue nuestra misa de envío, fue una ceremonia muy hermosa y emotiva en donde nos dijeron palabras muy hermosas que tocaron nuestro corazón recordando el verdadero significado de esta misión no solo que es un año en el extranjero,sino una oportunidad para servir, crecer, aprender y entregar lo mejor de nosotros al mundo.Que fuimos llamados por Él y nosotros respondimos a su llamado lanzandomos a esta aventura,con el propósito defortalecer el lazo de hermandad eque tienen estas dos diócesis,esa misa nos hizo sentir bendecido, fortalecidos y listo para empezar.

Primer día en el proyecto

El lugar tiene como nombre de Lebenshilfen Hotgut Serrig,allí trabajan personas con discapacidad,este proyecto está ubicado en el distrito de Treveris-Saarburg,para llegar al proyecto tengo que tomar un tren y un bus.Hofgut Serrig es muy grande incluye áreas de montajes,cría de animales como vacas,gallinas,cerdos y pavos además tiene una sección de Agricultura.Yo trabajo específicamente en el área de montage 2 mi encargada allí es Claudia y mis colrgas Rubén y Jona son muy amable y cálidos y lo más bonito es que Claudia es hermana de mi papá de acogida .

Con el pasar de los días fui conociendo mejor todas las personas que trabajan allí ,todos hacen algún tipo de deporte lo cual me he inscrito en zumba y es superdivertido me distraigo mucho compartiendo todos juntos,cada uno de ellos tiene una luz muy especial que te anima .

Alli puede descubrir algunos talentos y destrezas como: pintar,bordar y hacer distintas manualidades.

Poder compartir con ellos mis talentos y ganas de ayudar, ha sido muy valioso,en este corto tiempo he aprendido que no solo vine a dar ,sino también a recibir porque cada uno de ellos me enseña algo nuevo, desde la paciencia hasta el hasta disfrutar los pequeños momentos.

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Pausa para comer en mi proyecto

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Mis compañeros: Rubén y Claudia

Un seminario necesario: aprender a cuidarnos y cuidar a los demás

El tiempo pasó volando, y sin darnos cuenta, ya era finales de marzo. Nos tocaba asistir a nuestro primer seminario oficial en Trier, organizado por nuestra organización de acogida, SoFiA e.V..

Este seminario se enfocó en un tema fundamental: la prevención, especialmente en temas de prevención sexual y situaciones de riesgo. Fue un seminario muy útil y necesario.

Aprendimos qué hacer si en nuestros proyectos o en nuestras casas de acogida ocurriera algo fuera de lugar, cómo identificar señales de alerta, a quién acudir, y sobre todo, cómo actuar con responsabilidad y sin miedo. Este tipo de formación es muy importante para quienes estamos lejos de casa, en un país nuevo, con costumbres distintas, y donde todo puede ser un poco abrumador al principio.

Uno de los momentos más fuertes del seminario fue cuando se habló sobre la violencia hacia la niñez en Alemania, y cómo lamentablemente ha ido aumentando con los años. Fue duro escuchar eso, pero también fue muy importante saber que hay protocolos claros y redes de protección aquí, y que como voluntarios también podemos ser una voz activa para proteger a los demás.

El seminario fue dirigido por un representante de SoFiA e.V., una persona muy preparada y cercana, y también estuvo presente nuestra querida encargada Judith, quien siempre ha sido un gran apoyo para nosotros. Judith participó activamente y nos dio mucha confianza para compartir nuestras inquietudes.

Fue una experiencia muy enriquecedora. Nos fuimos de allí no solo con más información, sino también con más seguridad, empatía y herramientas para seguir adelante con nuestro voluntariado, cuidándonos y cuidando a quienes nos rodean.

Semana Santa en Alemania

Y lleho la Semana Santa, y fue ahí donde realmente nos dimos cuenta de cuánto habíamos aprendido. Ya sabíamos tomar el tren, el bus, orientarnos en la ciudad y adaptarnos al ritmo de vida en Alemania. Para celebrar la Pascua, todos viajamos a Kobern-Gondorf con el padre Konrad, un sacerdote que vivió diez años en Bolivia. Durante la misa, en la bendición del agua y del fuego, tuvimos la oportunidad de realizar la danza del Gloria  durante la Eucaristía. Fue un momento muy especial. La gente quedó encantada y se sintió un ambiente cálido, acogedor, lleno de emoción. Para nosotros, fue muy hermoso y significativo poder compartir nuestra fé con otros, una fé tan viva y fuerte como la que se vive en Bolivia.

También tuvimos la oportunidad de conocer otras tradiciones que aquí en Alemania son muy importantes, como los huevos de Pascua y el conejito de Pascua. En Bolivia eso no es tan común, ya que nuestra tradición está más centrada en lo católico, en lo espiritual. Muchos de los voluntarios aquí venimos de grupos juveniles católicos, donde estamos acostumbrados a vivir la Semana Santa con vigilias, procesiones, viacrucis, Eucaristías y muchas actividades para jóvenes. Y fue precisamente durante esta Semana Santa que echamos un poco de menos Bolivia, nuestras costumbres, el movimiento, la entrega espiritual.

Aun así, esta experiencia fue muy enriquecedora. Probamos el cordero de Pascua horneado, algo típico aquí, y compartimos también los huevos de Pascua pintados a mano. En mi proyecto, tuve la oportunidad de pintar huevos y también de crear decoraciones con conejitos y huevos  de Pascua para adornar el espacio. Fue allí donde pude unir las dos culturas: pinté huevos de Pascua con las estaciones del Vía Crucis, combinando la tradición alemana con mi fé boliviana.

Fue muy lindo poder juntar mis dos realidades, mantenerme conectada con mis raíces, mis tradiciones y costumbres, y al mismo tiempo abrirme a esta nueva cultura que me recibe y me transforma.

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Pintar huevos de Pascua

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La danza del Gloria  durante la Eucaristía

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Huevos de Pascua con las estaciones del Vía Crucis

Seminario en Kyllburg

Después, el tiempo pasó muy rápido, y así fue como llegó mi segundo seminario en Kyllburg. A diferencia del primero, este ya no era cerca de Trier, sino un poco más lejos. El tema central del seminario fue "Yo en Alemania", y en él reflexionamos sobre cómo estábamos viviendo nuestra experiencia como voluntarios lejos de casa.

Durante ese tiempo, todos los voluntarios compartimos cómo iba nuestro proceso, cómo nos sentíamos, cómo estábamos enfrentando el gran cambio de haber dejado todo en Bolivia —nuestra familia, amigos, costumbres— y venirnos hasta aquí. Fue muy emotivo, porque nos dimos cuenta de que cada persona vivía una realidad distinta. Aunque todos podíamos sonreír, eso no siempre significaba que estábamos bien por dentro.

Nos escuchamos de verdad, sin juzgar, con empatía. Fue un espacio muy humano, donde nos sentimos comprendidos, valorados y acompañados. Recibimos consejos, compartimos anécdotas, y se sintió un apoyo real, como si la organización estuviera pendiente de nuestro bienestar emocional, algo que realmente se agradece estando tan lejos de casa, y en muchos casos, viviendo solos.

Pero no todo fue reflexión. También hubo muchos momentos de alegría y diversión. Jugamos, reímos, cantamos, bailamos y hasta cocinamos comida boliviana juntos. Una noche hicimos una fogata muy especial, donde compartimos historias, nos abrimos aún más y fortalecimos los lazos como grupo.

En ese seminario empezamos a sentirnos como una verdadera familia de voluntarios. Nos conocimos mejor, comprendimos lo que hay detrás de cada mirada y sonrisa. Nos unimos más, y eso fue muy valioso.

Los encargados del seminario fueron Jessica, una ex voluntaria en Colombia, y Martín y Paula, dos personas increíbles, muy empáticas y cercanas. Además, algo que valoramos muchísimo fue que las sesiones eran traducidas en inglés, alemán y español, lo que permitió que todos pudiéramos entender perfectamente el contenido y sentirnos incluidos. Ese detalle demuestra cuánto se preocupa la organización por nosotros y por garantizar que todos podamos participar plenamente

Carrera por Bolivia

Después de nuestro seminario en Kyllburg, vinieron una serie de actividades muy seguidas, y una de las más especiales fue la "Carrera por Bolivia"—o como se dice en alemán, Spenden- und Inklusionslauf für Bolivien: Viva Bolivia!

Fue una actividad súper linda y significativa, porque se realizó en Trier, donde la ciudad entera estaba de fiesta. Había muchos puestos, actividades culturales y gente en las calles. Un día entero fue dedicado exclusivamente a Bolivia, lo que fue muy emocionante para nosotros.

La carrera tenía como objetivo recaudar fondos para los proyectos sociales y católicos que se apoyan en Bolivia, especialmente los que forman parte del lazo de hermandad entre Bolivia y Alemania, Sentí que, de alguna manera, estábamos devolviendo un poco de lo mucho que hemos recibido, aportando nuestro granito de arena para que esos proyectos sigan adelante.

Yo me inscribí y corrí dos kilómetros, ¡y fue muy emocionante! Había que pagar una inscripció, y todo el dinero recaudado fue destinado a los proyectos en Bolivia. Pero más allá de correr, lo que más me marcó fue poder colaborar en la organización del evento: ayudamos a adornar, acomodar los stands, y explicar a los visitantes sobre nuestra cultura. Sentí un profundo orgullo al compartir sobre mi país, nuestras tradiciones, nuestra forma de vivir la fé y nuestra .

Fue una experiencia muy linda y muy fraterna, donde se sintió el espíritu de comunidad y de solidaridad.

Yo después de la carrera

Thorsten Hoffman (director de la Oficina Diocesana para la Iglesia Universal), Eleshama Dua (voluntaria de SoFiA de Pakistán), yo y una compañera durante la carrera.

Día del voluntario

Una de las actividades más bonitas que pude realizar junto con mi jefa fue el Día del Voluntario en Alemania.

Ese día fue muy especial para mí. Me acompañó mi jefa, Claudia, una persona muy buena y cercana, con la que compartí momentos muy lindos. Participamos juntas en dos workshops (talleres) que fueron realmente enriquecedores.

El primer workshop fue de bordado. Teníamos música relajante de fondo, y cada uno bordaba su propia bolsa. Fue ahí donde descubrí que uno de mis nuevos hobbies es bordar. Aunque no terminé mi bordado ese día, me di cuenta de lo importante que es tener espacios personales para uno mismo, para relajarse y hacer cosas que nos gusten.

Después del taller, fuimos a comer a Burger House con mi jefa y otros chicos. La comida estuvo deliciosa, y Claudia se integró muy bien con nosotros, como una más del grupo. Pude tener una charla más fluida con Claudia, y eso me hizo sentir más segura y orgullosa de mi proceso.

Por la tarde, tuvimos el segundo workshop, que fue de danza con música relajante. Fue una experiencia completamente nueva y muy especial. Cada ejercicio te invitaba a relajarte, a liberar el cuerpo y a pausar los pensamientos. Nos movíamos al ritmo de la música, estirábamos, respirábamos, nos desestresábamos.

Uno de los ejercicios que más me marcó fue el de confiar en tu pareja: cerrar los ojos y dejarte guiar por otra persona. No sabía por dónde iba, ni qué movimientos vendrían, pero sentía que alguien me estaba sosteniendo y tenía que confiar. Para mí, ese momento fue como una metáfora de dejarme guiar por Dios. Fue muy fuerte emocionalmente, porque me hizo sentir segura, acompañada, y en paz.

Fue un día muy lindo, muy enriquecedor. Pude pasar más tiempo con mi jefa, conocerla mejor y también conocerme a mí misma un poco más. Salí de ese día con el corazón más tranquilo y agradecida por esta oportunidad.

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Publicación en Instagram del Día del Voluntariado

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Regalos florales para nosotros, los voluntarios

Oración Taizé

Después de eso, viví una actividad muy especial: por primera vez en mi vida asistí a una oración Taizé en Trier.

Fue una experiencia profundamente hermosa y única para mí. Coincidió con una temporada festiva en Trier —como ya lo mencioné antes, la ciudad estaba celebrando—, y entre todas las actividades, una de las más memorables fue esta oración.

La oración Taizé fue muy, muy, muy linda. Todo el ambiente te invitaba a entrar en un estado de paz y recogimiento. La catedral estaba iluminada únicamente por velas, lo que generaba una atmósfera muy acogedora, muy íntima. Las telas azules que colgaban, la música del órgano, los cantos… todo te hacía sentir envuelta por una energía de calma y fe.

Me dejé guiar por el ritmo de la música, por las oraciones suaves y repetitivas, y sentí cómo se encendía un fueguito dentro de mí: el Espíritu Santo. Fue un momento de mucha conexión interior, de tranquilidad, de sentir que todo estaba en manos de Dios.

Me sentí en calma, me sentí guiada, me sentí llena. Y eso es muy lindo.

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Nos sentamos juntos en el suelo durante la oración de Taizé.

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Un mar de velas ante la típica cruz de Taizé.

Mi proyecto: Lebenshilfewerkstätten Hofgut Serrig

Finalmente, puedo decir con mucha alegría que ya estoy completamente adaptada a mi proyecto en Lebenshilfewerkstätten Hofgut Serrig. Al principio el idioma fue una barrera, pero mis colegas siempre han sido muy pacientes y comprensivos. Mi encargada Claudia, junto con Rubén y Jonas, han sido personas muy atentas conmigo. Siempre buscan formas de que yo entienda, hablan lento, me explican, y nunca me han hecho sentir excluida.

En el proyecto hacemos muchas actividades: Clases de Zumba, Manualidades, bordado y pintura, Celebración de cumpleaños, Juegos con agua en días calurosos y los viernes cocinamos (¡he preparado comida boliviana y les encantó!).

Siento que mis cualidades creativas están floreciendo aquí. Me encanta llegar cada mañana y escuchar un “Guten Morgen” con abrazos, con personas que se preocupan por cómo estás, que no te dejan sola al comer ni al sentarte. Me integran en todo y se preocupan si no me siento bien.

Valoro mucho el trabajo en equipo que realizamos. Poco a poco he conocido más a mis compañeros, y ellos a mí. Mi corazón se llena con cada sonrisa que recibo, y eso es un regalo de Dios.

Estoy profundamente agradecida con la vida, con Dios, con la organización SoFiA e.V. y con mi proyecto. Esta misión ha sido una escuela de vida. He cambiado como persona, he madurado, he descubierto talentos que no conocía, y he aprendido a valorar más lo esencial: el amor, la escucha, la fe y el servicio. Esta experiencia está marcando mi vida para siempre.

Vuestra Kenia Herrera Vilar